Otra vez la tecnología, otra vez el deseo de colaborar de las personas va a provocar un salto en los modelos de relaciones entre las Organizaciones Sociales y la propia sociedad. El modelo de voluntariado actual es funcional pero las capacidades de muchas personas y el deseo de colaborar de las mismas, no encajan. Las personas disponen de preparación, conocimiento y un acceso a sistemas de información que no encaja con las posibilidades de voluntariado que ofrecen las ONGs.
Por otro lado la jerarquización de las organizaciones y el desarrollo del trabajo de los profesionales que trabajan en ellas son elementos que no facilitan un nuevo modelo. El incremento de tiempo y recursos (muy escasos) para la gestión de nuevas iniciativas no lo puede hacer viable.
El otro gran Handicap es “la marca” todo lo que haga en beneficio de… tiene que tener unos estándares, que no se sabe si serán respetados, desde estas nuevas concepciones de voluntariado no reguladas. Desaparece la verticalidad la existencia del responsable último de la acción. Esto genera dudas, miedo a perder el control.
El control no lo tiene la ONG, las personas compramos una propuesta y deberíamos poder proponer otros modelos que sumen a esa ONG. Dejar a la gente cobrar un mayor protagonismo dentro de las organizaciones será un beneficio para las mismas.
Suena bien, ¿pero… de qué estamos hablando realmente?
Crear un nuevo modelo de colaboración que no esté encorsetado a la ONG un figura del “amigo de la ONG” donde estos colaboradores invierten tiempo y recursos creando acciones para la movilización y captación de fondos destinados a la ONG.
Hemos visto como la gente está dispuesta a organizarse ante problemas, reunirse para buscar soluciones y reclamar sin existir una organización que les dé un cobertura formal. Las ONGs deberían aprovechar ese deseo, esa iniciativa para que muchas más personas tomen conciencia de sus capacidades y puedan aportar en aquellas actividades en las que creen.
Habría que crear herramientas y recursos para que las personas tuvieran acceso a las mismas y fuera más fácil organizar una acción y difundirla. Lo realmente importante es que exista voluntad desde la organización para dar voz y mano a quienes quieren colaborar con ellas.