51 años no son nada.

51  años dedicado a la comunicación, si ya sé 51 años es mi edad y no, no fui un niño anuncio vendiendo biberones desde la infancia.

Todos nos dedicamos a lo mismo, nos vendemos, con mejor o peor fortuna, es el abc de nuestra vida. Nos vendemos a nuestra pareja, suegros, profesores, amigos, jefes, clientes… a nuestra madre.

Los últimos 29 años los he dedicado, además de a venderme a mi mismo, a vender productos y servicios de otras personas o empresas y he conseguido que alguno de ellos estén realmente satisfechos por este trabajo; tan satisfechos como para que te acaben pagando y que los compañeros de profesión le otorguen a este divertido trabajo algún que otro premio.

Encontrar qué te hace distinto, qué hace diferente a tu empresa, ser capaz de transmitirlo a las personas que te interesan y conseguir que establezcan una relación contigo, en eso… seguro que puedo ayudarte.